jueves, 12 de diciembre de 2013

El Pastor

A él no le incomoda la falta de baño, cocina, ni muros que separen las alcobas. No le incomodan las goteras ni los agujeros en las paredes. No tiene problemas con prescindir de camas y menos aún le importa el hecho de ser tres veces más grande que su propia casa. Al pastor únicamente le importa estar presente cuando nazca el niño, cuando la historia se parta en dos.

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