No le importó todo el dinero gastado en la consulta a la bruja; ni las
deudas que había adquirido durante el desempleo; ni la peregrinación
realizada exclusivamente para pedir por el cargo que ahora estrenaba. Al
enterarse que la empresa instaba a los empleados a donar un juguete al
final del año, presentó su renuncia irrevocable y se fue odiando aún más
la navidad.
Aunque no se si es muy apropiado felicitarte las fiestas dentro de tus etiquetas de Antinavidad, es el momento del año en que yo aprovecho para agradecer tu presencia en mi blog y para desear que las musas te sigan acompañando.
ResponderEliminarFELICES FIESTAS
Muchas Gracias de verdad Esperanza!! aprovecho para decirte que me encantó tu relato "luces de navidad" y para desearte un feliz año a ti tmb :D
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