Después de haber escuchado la disposición del genio el
hombre imaginó un mundo utópico, sin armas, sin asesinatos y sin guerras. Pronunció la palabras sin titubeo: "deseo paz en este mundo" y cuando hubo terminado, el genio respondió: “deseo
concedido”, chasqueó sus dedos y se quedó allí en el desierto, en ese mundo sin humanos.
Uyyyyyy que grueso!
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