Amante a la literatura no soy. Jamás he leído Don
Quijote, ni una obra completa de Shakespeare, ni siquiera Cien Años de Soledad
(obra culmen de mi nación). Supongo que soy un cobarde por no adentrarme en el
inmenso mar que la literatura representa, pero tampoco quería privarme
completamente de él. Por eso gusto tanto de los microrelatos, de la literatura
en pequeños formatos. Me permiten mojar mis pies con las pequeñas olas que a la
playa me llegan desde aquel inmenso mar.
Eventualmente me arriesgué a crear mis propias olas y después nació este blog, para arrojarlas de vuelta con la esperanza de que sean bienvenidas.
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