domingo, 27 de noviembre de 2011

Valor agregado

Un día, después de jugar a hacer dibujos con semillas de sandía -nuevas para mí- recordé las palabras que mi abuelo tantas veces repetía como queriendo parecer sabio: "Uno cosecha lo que siembra". Salí al jardín y sacrifiqué unas cuantas de mis semillas, las enterré y las cuidé el tiempo necesario para descubrir que el viejo tenía razón. Sin embargo, olvidó mencionar que además de las semillas, salía un amplio follaje y unas sandias enormes con las que le tocó lidiar para llegar a las preciosas semillas que yo tanto quería.

2 comentarios:

  1. he estrado leyendo unos cuantos y me gusta cómo juegas con los dobles sentidos y la ironia

    Un abrazo!

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  2. Muchas gracias Juanlu, tu apreciación significa mucho para mi, especialmente porque es el primer comentario del blog :D

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