jueves, 2 de junio de 2011

El Lienzo del Gallinazo

Horrorizado por la abominación de que sus ojos estaban siendo testigos, el hombre no lograba sino chocar con sentimientos repulsivos y nauseabundos sobre lo que esta nueva desgracia representaba para él. Las cuatro cuadras que caminaba cotidianamente para llegar a su oficina amarilla, al menos hubieran valido un poco la pena si hubiera traído consigo un balde con agua, esponja y jabón; fue lo primero que se le vino a la mente cuando descubrió su nave cubierta de lo que cualquier parroquiano reconocería como excremento de ave. Pero esta obra maestra de arte abstracto no parecía ser acto de una paloma transeúnte; no, por la magnitud de la mierda aplastada y chorreada en el vehículo, se sugería que el tamaño del ave debiera ser más grande; podría adjudicársele a un gallinazo, o mas bien a una pandilla de gallinazos, o mejor todavía, a una pandilla de gallinazos enfermos de diarrea.

Inmóvil al lado de su espantoso taxi, mientras era víctima de la burla maliciosa y medio disimulada de la gente, contemplando la mierda que debía proceder a limpiar pronto, le hubiera gustado personalmente cagarse él sobre cada uno de los burleteros: tanto sobre las ancianas chismosas de los balcones a media cuadra, como en los pubertos desadaptados que reían desde la esquina más alejada. En toda la gente hubiera defecado de buena gana y hasta con entusiasmo, menos  en el niño pequeño que se avecinaba usando uniforme de escuela y una  lonchera que le combinaba. Al pasar por su lado, la risa del chiquillo era mas bien una carcajada, sin embargo se sentía inofensiva porque, a diferencia de los demás, reía del auto más no del conductor. Sintiéndose impotente y casi en cólera, el taxista comenzó a preguntarse para sus adentros: <> y fue entonces cuando escuchó al pequeño que contemplaba la presunta mierda de gallinazo decir: “Menos mal que las vacas no vuelan” lográndole robar una sonrisa, justo en el momento en que jamás hubiera pensado en reír.

No hay comentarios:

Publicar un comentario