domingo, 27 de noviembre de 2011

Prisioneros

Ayer comprendí que estoy en prisión. No lo había notado antes porque cuando la cárcel es lo bastante grande uno no se siente encerrado. La epifanía ocurrió ayer cuando me encontré con un indigente, lo reconocí por las noticias, era aquel a quien le habían condenado a arresto domiciliario la semana pasada.

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